Se cuenta la grandiosa historia, de un hombre que estando en edad muy avanzadas, igual que sus esposa, eran ya los dos ancianos, e imposible genéticamente que Sara su esposa, diera a luz un hijo, pero conocemos que para el Dios que creemos nada es imposible, aun para nosotros como humanos, se ve un Dios que estaba jugando la de gracioso, tanto que causo risa en Sara, la noticia, y quizás Abraham diciendo yo se lo dije, que eso era imposible pero el insistió, de todos modos vamos a creerle, Dios también actúa de la forma más inexplicable y aun graciosa...
Jehová le promete a este hombre que hará de él, una nación santa, numerosa, y poderosa, solo Dios podía prometer esto, pero paremos un momento como Abraham y Sara darían a luz un hijo, existían personas mas jóvenes y Dios escoge estas dos almas ancianas para hacer una nación numerosa, quizás le pasaría Abraham por la mente de cuántos hijos tendría que dar para hacer una nación numerosa, tomando calculadora, sumaria el tiempo que necesitaría para reproducir, tantas personas que llegasen a formar una nación, y trazaría la meta yo y mis hijos sumariamos una buena cantidad, a veces Dios promete para nosotros, cosas grandes, y escuchamos aquellas frase, "serás un ministro de Dios, y Dios prepara para ti las naciones" entonces nos colocamos a pensar y a trabajar para llegar a cumplir cabalmente los mandatos de Dios para no dañar, esa promesa de Dios, Abraham tampoco dejo pasar la oportunidad de que dé el se hiciera una nación numerosa, comenzamos a trabajar para eso, y vemos que a medida que vamos creciendo, nos desanimamos, y lo que un día fue nuestra motivación ya hoy es un eslabón perdido.
De esto me encantaría hablarte un momento, llega el desanimo, y vemos que tal promesa tampoco se llegaría a cumplir tan fácil, como tener un hijo a los 90 lo que un día fue la atracción del público, y la imaginación de vernos montados en muchas tarimas, o conciertos, aun abrazando aquel ministro diciéndole, yo también logre llegar a las grandes ligas, aun siendo aquel ministro ungido, pero vemos que nos encontramos con muchos tropiezos que dan paso a dejar de insistir, y ser constante en aquella vos profética, que sin pensarlo decimos solo fue una motivación nuestra, o seguro el ministro vio en mi un parecido, pero se confundió, con el satélite divino, la señal no le llego bien, entramos en pánico al pensar que al llegar a viejos, estaremos sentados en el mueble de la casa sin ser nombrado, ni mencionado en el alrededor de tu cuadra como el ungido de Dios, decimos que vergüenza le daré a mis hijos.
Pensar que Abraham murió teniendo solamente un hijo, al que quizás todo los días le contaba la historia fantástica, tu papa será el padre muchas personas sin números, aquel angelito, pensando que tendría muchos hermanitos, sin duda muere Abraham y tal promesa jamás se cumplió diría su hijo sobre la tumba al enterrar "al padre de naciones" al pasar los años, aquel joven nacido de padres de edad avanzadas, tiene hijos, y cada hijos tuvieron grandes cantidad de hijos, y nos hacemos una pregunta en medio de todo esto, ¿¿Para quién era la promesa de naciones numerosas?? será que Abraham hizo algo mal y Dios decidió dársela al hijo de aquel pobre soñador, es el momento de encajar unas de mis frases, "tus bendiciones alcanzaran a otras generaciones" un hombre decidió cancelar que tal promesa de ministerio que Dios tenia para él, también estaba cancelando la promesa de su hijo, Abraham no decidió cancelar tal promesa, y su hijo la recibió, las promesas que Dios hace no solo son para nosotros, sino también para mi generación, cuando te desanimes piensas en que debes dejarle a tus hijos el trabajo adelantado, quizás no disfrutes de las promesas Abraham murió sin ver tal promesa, pero su hijo la alcanzo, somos egoísta al pensar que ya nuestro ministerio termino, cuando yo fracase, Dios no busca llevar tal promesa hasta donde te encuentras tu, sino hasta el último de tu generación.
Abraham no se detuvo, siguió creyendo, y sus hijos alcanzaron tal promesa, se dice de los hijos del hijo de Abraham que hoy reciben aun tal promesa, una nación santa, numerosa, y poderosa, afirmo que mis bendiciones no se terminara cuando mi ánimo decaiga, sino hasta el último de mis generaciones.
- El éxito ministerial lo alcanzan aquellos que saben que dejarles a sus hijos.
- La mejor herencia que puedo dejarle a mis hijos es la continuidad del trabajo que un día inicie.
- Las cosas que un día Dios promete para ti, hoy puede ser la locura posible de tus hijos.
- Si te detienes en el ministerio, solo pregúntate algo, ¿¿cuántas generaciones, estoy paralizando??.
- Dios conversara con Abraham, y con gracia le dirá, que pensabas que ibas a tener miles de hijos tú, Dios le continuara diciendo: también pensé en tus hijos.
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